Uno de mis pintores favoritos del barroco es andrea pozzo. Reconozco que no goza de la fama de Caravaggio, ni de Lodovico, Agostino y Annibale Carraci, ni de Rubens, ni de tantos otros, y probablemente no la merece. A pesar de esto, Pozzo siempre me ha interesado por dos razones: por sus reflexiones acerca del teatro como un espacio con unas características y unas necesidades específicas —sobre lo que me ocuparé en la siguiente entrada— y por ser un autor con unas preocupaciones fundamentalmente renacentistas al que le tocó vivir a mediados del siglo XVII.
Pozzo ha pasado a la historia de la pintura, merecidamente, por su dominio del fresco y su capacidad para crear perspectivas hiperrealistas sobre superficies planas. Dentro de sus obras más importantes —pinchad sobre los vínculos para verlas sin salir de esta página— se encuentran la bóveda, el fresco de la apoteosis y la cúpula de la Iglesia de San Ignacio en Roma o la cúpula y los frescos de la Iglesia jesuita de Viena. En ellas la influencia de la obra Andrea Mantegna es evidente, si bien Pozzo supera con mucho al maestro. Sobre su obra pictórica y sobre su vida no me queda más que recomendaros la wikipedia y la breve selección bibliográfica que añadiré al pie de la entrada.
Pero hoy no os traigo obras pictóricas, sino a las ilustraciones del único libro que Pozzo publicó. La Perspectiva pictorum atque architectorum —Perspectiva para pintores y arquitectos, forzando un poco el genitivo— gozó de enorme fama desde la primera edición del primer volumen (1693) y del segundo (1698). La pertenencia de Pozzo a la orden de los jesuitas favoreció sin duda su traducción a numerosos idiomas y las continuas ediciones durante los dos siglos siguientes. De hecho, la obra de Pozzo se convirtió en una referencia en Europa hasta bien entrado el siglo XIX en materia de perspectiva y fue estudiada tanto en centros donde se formaba a artistas como en escuelas de arquitectura. Lo interesante del libro es que Pozzo jamás llevó a la práctica ninguno de sus diseños, si bien algunas de sus ideas se materializaron bien pronto en la iglesia romana de San Apollinare y la iglesia jesuita de San Francesco Saverio (1700–1702) en Trento.
Quizás mi fascinación proviene de que Pozzo no se planteara edificar nada contenido en los más de 200 grabados que componen la obra; como en seguida veréis, los objetos son sumamente detallados, e impresiona comprobar cómo se parte del concepto más básico hasta desarrollar cada una de las partes y ponerlas en su contexto, todo bajo la observación estricta de la perspectiva. Espero que las disfrutéis:
La selección de ilustraciones que acabáis de ver ha sido extraída del tomo primero de la edición bilingüe (alemán — latín) de 1709. Las imágenes han sido recortadas y enderezadas, se ha aumentado la luz y la definición y se han eliminado algunas manchas cuando ha sido posible. El primer y el segundo volumen están disponibles en la biblioteca de la Ruprecht-Karls-Universität de Heidelberg. Y tenéis la opción de descargar ambos volúmenes en pdf.
Si os interesa la figura de Pozzo, su relación con los jesuitas, sus referencias, su influencia y sus ideas sobre arquitectura y teatro, podréis encontrar una buena aproximación en las siguientes entradas bibliográficas:
* Ogden, Dunbar H, The Italian Baroque Stage: Documents by Giulio Troili, Andrea Pozzo, Ferdinando Gallie-Bibiena, Baldassare Orsini. Translated with Comentary, Berkeley: University of California Press, 1978.
* Blunt, Anthony, «Two Architectural Drawings by Andrea Pozzo», Master Drawings XX: 1 (1982), pp. 22–75.
* De Feo, Vittorio y Vittorio Martinelly, Andrea Pozzo, Firenze: Electa, 1996.
* Filippi, Elena, L’arte della prospettiva. L’opera e l’insegnamento di Andrea Pozzo e Ferdinando Galli Bibiena in Piemonte, Firenze: Leo S. Olschki, 2002.
También podéis acceder a parte de su obra pictórica en Internet. No os quiero cansar con una lista extensa de hipervínculos, encontraréis la amplia mayoría de los que os daría en esta entrada de la Artcyclopedia.
Como siempre, dejo a vuestra disposición los comentarios para quejas, dudas, sugerencias y aportaciones. Y sigo animando a aquellos que no estáis suscritos a este blog a que lo hagáis para recibir cómodamente sus actualizaciones en vuestro lector de RSS o en vuestro correo electrónico.