El libro digital todavía tiene un largo camino para imponerse al libro en papel. las ventajas del primero en comparación del segundo son muchas, pero los lectores no acaban de formarse una idea de cómo utilizar el formato digital. para los investigadores, sin embargo, las ventajas son claras: una enorme facilidad para cambiar de ubicación bibliotecas enteras, posibilidad de búsquedas cruzadas, aplicación de filtros, marcas bibliográficas, organización en bases de datos, etc. hay sin embargo un problema bastante claro en el mundo del libro digital legal sujeto a derecho de explotación: el precio. Acabo de leer una entrada en Mediabistro acerca de cómo está afectando la crisis al mundo editorial. Como su mismo autor afirmaba en otro lugar, el mercado del libro y de las revistas en papel ha sufrido mucho y las ventas están cayendo en picado, y con ello, se echa el cierre a numerosas publicaciones que parecían disfrutar de solvencia y solidez.
Junto a esta situación, y a los problemas relacionados con la adaptación de los usuarios al libro digital, hay otros factores —económicos— que han influido en su escaso rendimiento en el mercado: el DRM y el precio. Hace poco que me compré en un famoso portal de Internet dos libros —uno de Peter Burke y otro de Jennifer Richards—, el precio de ambos era ligeramente inferior al precio en papel, pero las desventajas eran muchas. La primera de ellas, no podía leerlo en todos mis ordenadores; la segunda, sólo podía imprimir a bajísima calidad 20 páginas al mes; la tercera, debía utilizar Adobe Digital Editions para leerlos. El caso es que este software y MacOSX no se llevan demasiado bien, de manera que me he gastado más de 50$ en algo que ni siquiera puedo consultar.

En la entrada citada más arriba, el autor mencionaba que sería esperable que con la crisis el precio de los libros digitales bajara; sin embargo, que se hagan más asequibles —es decir, que su precio baje de manera notable con respecto a un libro impreso— no significa que se hagan más usables. El precio debería ser infinitamente más bajo simplemente porque estos libros presentan muchas más desventajas de uso. Los libros digitales que pueden encontrarse en Internet, en este sitio o, por qué no decirlo, en servidores peer to peer no solo son mucho más usables, abiertos y cómodos, sino que no requieren un tedioso proceso de descarga, registro y mails continuos con servicio al cliente.
Mientras esto siga siendo así, no se me ocurre ningún motivo por el que aconsejar la compra de ebooks. Siempre será más cómodo comprarlos en papel y hacerse con un escáner.